Entrada de Bolívar a la Ciudad de Mérida
Mérida
proclamó Libertador a Simón Bolívar
Cuando
Bolívar pisó suelos merideños, llevaba consigo el gran sueño de
la campaña admirable, ese glorioso pueblo le respondió con un apoyo
total, moral, espiritual, material y logístico, proclamándolo
Libertador.
El 23 de mayo del año 1813, el pueblo merideño motivado por Cristóbal Mendoza, quien para ese entonces era Presidente de Venezuela, incentivó al ejército de Simón Bolívar el cual hizo entrada a la ciudad de Mérida gritando y enalteciéndolo con frases como "¡viva el Libertador, viene el Libertador!", palabras de proclama a lo que más adelante se consolidaría como una realidad.
Anteriormente, esa misma expresión de Bolívar Libertador la había recibido el 19 de mayo en la población de Bailadores, donde un aldeano se le acercó y le dijo "usted será nuestro Libertador", de manera que el pueblo merideño se consagra como proclamador de Bolívar como Libertador de Venezuela y Latinoamérica.
En
una hermosa mañana de mayo, el mes de las flores por excelencia, la
ciudad melancólica se alegra, sus desiertas calles se llenan de
gente, las campanas se echan al vuelo, y en los balcones y ventanas
de sus casas semi ábigas, brillan ardientes y seductores, entre
dulces sonrisas, los negros ojos de recatadas doncellas, que esperan
anhelantes el desfile de la vistosa comitiva, donde viene el guerrero
afortunado, el caballero de la Torre de Plata y la Celeste espada. Es
Bolívar que llega”.
Así describe Tulio Febres Cordero el
arribo de Simón Bolívar a Mérida hace exactamente 201 años el 23
de mayo de 1813. Era la primera vez que veía nuestros parajes.
Apenas residirían en la ciudad unos miles de habitantes y estaba
devastada por el terremoto de 1812 en el que cerca de un millar de
paisanos perecieron. Venía procedente de Cúcuta donde había salido
el 14 de mayo y entraría triunfalmente a Caracas el 6 de agosto de
aquel año luego de la heroica Campaña Admirable. Es de suponer que
habría acampado en Ejido. Su ejército de vanguardia hizo huir al
Cnel. Ramón Correa que era el Jefe Militar en la ciudad. El día
anterior el gobernador realista Francisco de Ugarte hizo entrega del
gobierno provincial a Cristóbal Hurtado de Mendoza, quien recibe a
Bolívar en la Casa Consistorial, frente a la Plaza Mayor.
Allí
el pueblo reunido le aclama Libertador, título que fue ratificado el
14 de octubre de aquel año por la Municipalidad de Caracas:
“…superior a todos los que ha recibido el orgullo humano… más
glorioso y satisfactorio que el cetro de todos los imperios de la
tierra” expresó Bolívar, quien permanece en la ciudad por 18
días, donde habría de conocer a los sacerdotes patriotas
Buenaventura Arias –dirigía la Real Universidad de San
Buenaventura de Mérida- y Enrique Manzaneda – sería Capellán de
los ejércitos libertadores -, al célebre canónigo Uzcátegui, a
Vicente Campo Elías (militar español a favor de la República), al
Coronel Paredes Angulo y tantos otros fervorosos merideños
partidarios de la emancipación...
En la época de la colonia estaba allí la casa del Canónigo Uzcátegui
Se
alojó en una casa ubicada en la Av. 3, c/calle 30 donde se colocó
una placa en mármol para recordar aquel hecho. La placa desapareció
al ser demolida aquella construcción (hoy día una venta de
muebles). Habiendo algunas casas más acomodadas e importantes, es
razonable que Bolívar haya optado por alojarse en la casa señalada,
pues respondía a razones de estrategia militar en virtud de que la
ciudad –en aquel entonces- llegaba hasta la Iglesia de El Llano y
ante cualquier eventualidad él y su ejército podían desenvolverse
con mayor rapidez al estar prácticamente a las afueras de la ciudad.
El presidente del Cabildo lo era Ignacio de Rivas, padre del prócer
Luis María Rivas Dávila. Mucho se ha dicho de lo que aportó Mérida
a la causa independentista. Se afirma que fueron 500 hombres de los
cuales sólo 15 regresaron, ochocientas caballerías, 16 cañones y
30.000 pesos oro. Con certeza, una hermana del canónigo Uzcátegui
financió un cañón que llevaba inscrito el nombre de la donante.
Páez, en su autobiografía, asegura la existencia de aquel cañón y
don Tulio refiere su última ubicación en Estanques durante la
guerra de la Federación. Hay evidencia de que Simona Corredor de
Pico le regala una casa. Existe una placa recordatoria por la Av. 2
–entre calles 19 y 20- donde se recuerda que su donación se
concretó el 22 de junio de 1813. Se le denomina “La Casa de la
Patria”. Asimismo María Rosario Nava ofrece su hijo enfermo a las
tropas de Bolívar y acompaña a aquel hasta Timotes (cargando su
fusil) mientras sanaba su brazo. Ellas, conjuntamente con la
intrépida criada Anastasia e Isabel Briceño de Fornéz, que
inspiraron a don Tulio para sus crónicas “Un trabucazo a tiempo”
y “Los cañones de la Patria”, conforman las llamadas Heroínas
merideñas.
Monumento a las Heroínas de Mérida
El
25 de mayo de 1813 Antonio Ignacio Rodríguez Picón – primer
gobernante patriota de Mérida en 1810 - en sus Apuntamientos
Diarios, escribe: “He presentado y entregado mis hijos Francisco,
Jaime y Gabriel al General Bolívar, aclamado Libertador por este
pueblo. Parece hombre extraordinario y hace pensar mucho con respecto
al porvenir. Su elocuencia corre como un río”. Francisco lo
acompañará hasta el Perú, Jaime muere como consecuencia de las
heridas en la batalla de San Mateo y Gabriel quedó lisiado en la
batalla de Los Horcones. Bolívar le escribiría a Rodríguez Picón
el 25 de julio de 1813, después de esta batalla, informándole sobre
el hijo herido, donde en una de sus párrafos señala: “Y tú,
padre, que exhalas suspiros al perder el objeto más tierno,
interrumpe tu llanto y recuerda que el amor a la patria es primero”.
Esta estrofa, único poema conocido del Libertador, fue incluido en
el Himno del Estado Mérida por su autor Antonio Febres Cordero en
1911.
Con
el título de Libertador, abandona la ciudad el 10 de junio rumbo a
Trujillo, dejando como gobernante a Rodríguez Picón.
Al
despedirse Bolívar dirige una Proclama “A los valerosos merideños”
donde presagiaba que “…la guerra será a muerte”; días después
firmaría el célebre Decreto de Guerra a Muerte en Trujillo el 15 de
junio de aquel año.
La
segunda visita de Bolívar a Mérida fue el 1º de octubre de 1820,
procedente de San Cristóbal. Había acampado cerca de Lagunillas
según nos relata su secretario Pedro Briceño Méndez. Los realistas
Miguel de la Torre y Juan Tello, jefes militares de la ciudad habían
huido con sus ejércitos días antes. Se alojó en la casa del Cnel.
Antonio Rangel, Av. 3 c/calle 24 donde funciona hoy día una tienda
por departamentos. Existen allí, para beneplácito de los merideños,
sendas placas en bronce y mármol que nos recuerdan el hecho. Estuvo
en compañía del Mariscal Sucre, miembro de su Estado Mayor. Hay una
crónica del historiador merideño Eduardo Picón Lares donde relata
el obsequio de Sucre de una caja en oro para rapé (tabaco de
aspirar) a doña Magdalena, esposa del patriota Juan de Dios Méndez
en cuya casa -por la calle 21- se había ofrecido un espléndido
agasajo a Bolívar y su comitiva. Permaneció en la ciudad hasta el 4
de octubre. Debió haber partido ese día muy temprano, hacia
Trujillo, pues llegó allá a las 7 de la noche. El Cnel. Miguel
Cegarra fue dejado como Jefe político y el Gral. Juan Antonio
Paredes Angulo como Jefe Militar.
Casa
del General Juan Antonio Paredes
La
tercera visita de Bolívar a Mérida fue los días 25 y 26 de febrero
de 1821 procedente de Bailadores. Cuatro días tarda en llegar a
Trujillo, pues sale el 26 y llega allá el 1º de marzo; debió
descansar en algunas poblaciones de nuestros páramos.
El 27 de noviembre de 1821, Simón Bolívar y Pablo Morillo, se
reúnen en la población de Santa Ana localizada en Venezuela, después de firmar
los Tratados de Trujillo para regularizar la guerra, se abrazan y brindan a la
salud “de los que han muerto gloriosamente en defensa de su patria
o de su gobierno… A los heridos de ambos ejércitos que han manifestado su
intrepidez, su dignidad y su carácter”. Esta también fue en
nuestra historia, la primera tregua y Santa Ana, el primer territorio donde se
realizó un “despeje”.
Abrazo de Bolívar y Morillo, Tratado de Armisticio
Monumento en Santa Ana de Trujillo al abrazo de Bolívar y Morillo
El
escritor Raúl Chuecos Picón y el cronista e historiador Carlos
Esteban Chalbaud Zerpa sostienen que Bolívar visitó Mérida una
cuarta vez, el 17 de diciembre de 1820, poco después de firmar con
Morillo el Tratado de Regularización de la Guerra. No dispongo de
elementos suficientes para afirmar tal hecho. Dejemos estas
indagaciones a los verdaderos historiadores.
Además
de haberle conferido el título de LIBERTADOR, Mérida se enorgullece
de haber erigido el primer monumento a Bolívar en el mundo: La
Columna (1842) frente al batallón Justo Briceño, iniciativa del
entonces Gobernador de la Provincia Gabriel Picón González y se
bautizó en su honor la más alta montaña de nuestra orografía: el
pico Bolívar.
Monumento de la Columna
Pico Bolívar
Desde
hace mas de 200 años Simón Bolívar pertenece al patrimonio
espiritual de la ciudad de los Caballeros de Mérida.
Silvia Vásquez
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